Vendetta y Vergüenza

Vendetta de la Sociedad Deportiva Huesca ante el Córdoba, un rival que ha despertado nostalgia. Corría el mes de junio de 2007 cuando el Huesca, después de haber apeado al Palencia del play-off, se enfrentaba al Córdoba de Javi Moreno con un sueño: el ascenso a Segunda División. El equipo andaluz golpeó primero en El Arcángel pero en el Alcoraz el conjunto entonces entrenado por Manolo Villanova consiguió en el minuto 12 poner el 1-0 en el marcador, creyendo posible lo que era una utopía. El destino no quiso que el Huesca, en su primera participación en un play-off, subiera de categoría. Y gracias a Dios. Creo que la SD Huesca, pese a tener un equipo decente en 2007, no daba las garantías de la escuadra que consiguió el ascenso el año pasado y, sobre todo, no había construido un proyecto de garantías que le va a dar, o eso espero, el ascenso en la categoría de plata del fútbol español.
Dicen que el fútbol escribe grandes guiones y este es de best seller. La SD Huesca, que ascendió con sufrimiento ante el Écija, y el Córdoba, que mantuvo la categoría en el último segundo gracias a que el Cádiz falló un penalty, se reencontraban en El Alcoraz. La providencia ha querido agradecer la magia del 2007 con un partido entre iguales en Segunda División y, además, vendetta. El Huesca se ha deshecho de un rival que hace dos temporadas parecía muy superior. Hoy, ha caído 3-1 y con justicia.

... Vergüenza. El Real Zaragoza ha visto rota su buena racha de resultados en Montivili ante el Girona, quizás el equipo que a comienzo de temporada era más propicio al descenso. Sin embargo, por mucho que el conjunto gerundeses haya ascendido en dos años dos categorías (de Tercera a Segunda) y no haya apenas invertido en fichajes de garantías, está demostrando oficio. Hoy, ayudado por el árbitro (un penalty y Oliveira expulsado), el Girona ha regalado a su afición el mejor colofón para las fiestas de la ciudad. Y el Zaragoza, pues nada de nada. Una birria de partido. Ya dijo Marcelino que ganan los hombres, no los nombres. El Girona pone empuje, ganas y esfuerzo. El Zaragoza... vergüenza.