Este puente de la Inmaculada he gozado de una convivencia de jóvenes. En ella, en los tiempos libres, hemos jugado a Ping-Pong, fútbol y baloncesto; y aunque mi gran pasión y mi deporte preferido es el fútbo he descubierto las grandezas del basket.
Quizás hacía más de un lustro que no practicaba el noble arte de la cesta pero me he reencontrado con él y he notado muchas diferencias. Cuando era mucho más pequeño la canasta se me hacía demasiado grande y me faltaba fuerza para lanzar. Ahora no tengo ese problema.
Cogía la pelota, sabía botarla, sabía marcharme con ella y sobre todo sabía encestar. Cuando jugábamos un tres contra tres siempre anotaba bastantes puntos y en el partido que jugamos (ganando 30-56) me encontré cómodo anotando dos triples y defendiendo bajo el aro.
El baloncesto era un deporte que sólo veía pero en el he descubierto un juego bastante divertido y ahora, para mí, accesible. Declaro mi enamoramiento sobre el deporte de la canasta.
Quizás hacía más de un lustro que no practicaba el noble arte de la cesta pero me he reencontrado con él y he notado muchas diferencias. Cuando era mucho más pequeño la canasta se me hacía demasiado grande y me faltaba fuerza para lanzar. Ahora no tengo ese problema.
Cogía la pelota, sabía botarla, sabía marcharme con ella y sobre todo sabía encestar. Cuando jugábamos un tres contra tres siempre anotaba bastantes puntos y en el partido que jugamos (ganando 30-56) me encontré cómodo anotando dos triples y defendiendo bajo el aro.
El baloncesto era un deporte que sólo veía pero en el he descubierto un juego bastante divertido y ahora, para mí, accesible. Declaro mi enamoramiento sobre el deporte de la canasta.
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