En el deporte hay que luchar siempre, aunque bien es cierto que a veces, de antemano, se presagia un resultado. Ocurre así cuando un equipo de tercera se mide a uno de primera, cuando una selección potente se mide a una humilde, cuando un número 7o se enfrenta a Rafa Nadal... pero aún así el deporte nos trae grandes sorpresas.
Hay derrotas, que por esperadas, no duelen mucho. Pero hay derrotas, que por esperadas, en las formas, duelen mucho. Y es que pocos confiaban en que el CAI Zaragoza pudieran obtener la victoria en el Martín Carpena de Málaga pero es intolerable que el equipo con más afición de Europa, con más afición que algunos equipos de NBA, se humille en una cancha de basket. Unicaja 102-77 CAI, 25 puntos abajo. El CAI sólo aguantó un cuarto, después se perdió y terminó regalando un festín a los locales. El CAI se hunde en la tabla. Queda mucho. Derrota esperada. Pero no podemos aceptar tamaños ridículos.
Hay derrotas, que por esperadas, no duelen mucho. Pero hay derrotas, que por esperadas, en las formas, duelen mucho. Y es que pocos confiaban en que el CAI Zaragoza pudieran obtener la victoria en el Martín Carpena de Málaga pero es intolerable que el equipo con más afición de Europa, con más afición que algunos equipos de NBA, se humille en una cancha de basket. Unicaja 102-77 CAI, 25 puntos abajo. El CAI sólo aguantó un cuarto, después se perdió y terminó regalando un festín a los locales. El CAI se hunde en la tabla. Queda mucho. Derrota esperada. Pero no podemos aceptar tamaños ridículos.
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